En 2023, se logró rescatar entre 12 y 17 niñas, niños y adolescentes en condición de abandono, sobre todo, en la Zona Metropolitana de San Luis Potosí, informó Ruth Miriam González Silva, presidenta del Sistema Estatal para el Desarrollo Integral de la Familia (DIF).
El pasado 21 de febrero oficiales de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana (SSPC) municipal, resguardaron a dos niñas que presuntamente fueron víctimas de violencia familiar por parte de una mujer, quien las abandonó en los andenes de la Terminal Terrestre Potosina (TTP).
“¡Híjole! Estamos hablando de casi… no muchos, fíjate; bueno, aquí en la Zona Metropolitana se presentan más, pero estamos hablando de entre 12 y 17 menores abandonados (en 2023)”, dijo la presidenta honoraria.
En entrevista, precisó que dichos casos corresponden a niñas, niños y adolescentes de todas las edades, es decir, desde bebés de 0 años hasta adolescentes menores de 18 años de edad.
Destacó que, aunque el DIF interviene a través de la Procuraduría para la Protección de Niñas, Niños y Adolescentes (PPPNA), en aras de brindarles apoyo y acompañamiento, al final se logra ubicar a sus redes familiares y posteriormente son reincorporados.
En contraste, González Silva explicó que la PPNNA lleva a cabo todos los procesos jurídicos para comenzar con el resguardo de las y los infantes en las casas de asistencia del DIF.
¿Qué pasa cuando un niño es abandonado?
Miedo exagerado al rechazo o a la soledad. Necesidad de validación, aprobación o reconocimiento por parte de los demás. Búsqueda constante de promesas o garantías. Conducta obsesiva y celos.
¿Qué pasa con los niños abandonados?
La salud de los niños que crecen en las calles está fuertemente comprometida. De hecho, no tienen acceso a instalaciones sanitarias y a menudo están sucios e infestados de piojos. Estos niños están expuestos a diferentes enfermedades por falta de higiene y, con frecuencia, su salud es preocupante.
¿Cómo afecta el abandono de los padres a los hijos?
El abandono de nuestros padres, de nuestra pareja, en la infancia o incluso de la sociedad, produce una herida que no se ve, pero que uno siente con daño cada día. Porque es un vínculo roto por donde antes se nutrían nuestras emociones y nuestra seguridad.
¿Cómo sanar la herida del abandono?
Empieza por aceptarlo. El primer paso para superar un problema es reconocerlo en su totalidad.
Haz las pases con tus sentimientos y emociones.
Trabaja en tu autoestima.}
Crea momentos de distracción.
No busques culpables.
Date un tiempo para superar el proceso.
¿Cómo se manifiesta el miedo infantil?
El miedo es una emoción básica del ser humano que nos permite desarrollarnos desde edades tempranas. Y precisamente, en el caso de los niños, es totalmente común sentir peligro e incomodidad ante ciertas situaciones o estímulos. Ahora bien, ¿cómo se manifiesta el miedo en edades infantiles? Para ello, se pueden distinguir a través de:
Conducta: evitan una situación en concreto, muestran inquietud e incomodidad, vigilan en exceso, etc.
Reacciones fisiológicas: dolor de estómago, sudor y temblores, mareo, tensión muscular, palpitaciones, entre otros.
Sentimientos y pensamientos subjetivos: muestran preocupación, se ponen en lo peor ante la situación.
¿Cómo reconocer el miedo en los niños?
Dependiendo de la edad y del niño en sí, será más o menos fácil reconocer el miedo en ellos. Por ejemplo, los bebés suelen llorar y buscan la compañía de sus padres o de un adulto que los proteja, buscando así la seguridad.
En cambio, durante la niñez, se debe prestar más atención a los cambios de conducta. Normalmente hay cambios de humor agresivos, vuelven a orinarse en la cama o buscan atención para no dormir solos.
Así pues, es muy importante estar atentos a los posibles cambios de conducta de un niño, así como de sus acciones. Pues de lo contrario, todo ello puede terminar generando un trauma infantil.
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4 actividades para trabajar el miedo infantil
En determinados casos, puede ser que los niños necesiten ayuda psicológica para superar sus miedos. Sin embargo, desde casa o desde el aula hay opciones para trabajar el miedo infantil, concretamente a través de las actividades lúdicas. Veamos cuáles son las más efectivas.
1. Realizar trabajos manuales
Cuando un infante no puede hablar de sus miedos, ya sea porque no los reconoce o no sabe cómo expresarlo, darle una hoja en blanco puede ser una solución adecuada. Las actividades de carácter artístico permitirán que el niño plasme sobre el papel sus miedos, normalmente a través de dibujos y de forma inconsciente.
2. Jugar al escondite
Este juego tan conocido tiene el objetivo de superar el miedo que los niños sienten al abandono, a la separación de sus padres o a encontrarse solo. Así pues, jugar al escondite permitirá al niño o niña enfrentar de manera individual el miedo a estar solo durante un rato. Si esta actividad se lleva a cabo en un sitio un desconocido para él, el resultado será más eficiente.
3. Sonidos de animales
Esta actividad consiste en apagar las luces y reproducir distintos sonidos de animales, de modo que el niño debe adivinar de qué animal se trata. Con ello se trabaja el miedo a la oscuridad. Además, si la actividad se realiza en una estancia desconocida, los beneficios serán mayores.
4. Confiar los miedos
Cuando un adulto habla de sus miedos con su hijo, este observará su comportamiento frente a ellos. Con ello adquirirá un buen ejemplo para cuando tenga que hacerlo él. Los niños imitan a los adultos, así que es importante cuidar el comportamiento y demostrarles que no es malo tener miedo, solo hay que aprender a superarlo.