Con una salud envidiable, Amou Haji falleció a los 94 años de edad y su temor a enfermarse lo hizo no bañarse en 50 años
Amou Haji, un hombre ermitaño de Irán que no se bañó en más de 50 años y al que se le conocía como “el hombre más sucio del mundo”, falleció a los 94 años de edad.
Pero lo más increíble fue que el hombre falleció tiempo después de que fuera convencido de lavarse por personas de la provincia sureña de Fars, en donde vivía.
El principal temor de Amou Haji era que bañarse podría enfermarlo y afectar su salud; y de acuerdo con la agencia IRNA de Irán, el hombre enfermó tiempo después de bañarse.
Un corto documental titulado “La extraña vida de Amou Haji” fue realizado sobre su vida en 2013, según medios locales.
Todo un estilo de vida
Su niñez y juventud estuvo marcada por las calles como único hogar y en los últimos años un refugiado improvisado de ladrillos o un agujero en el suelo se convirtieron en su casa. Sobre el primero, residentes de la zona decidieron unir esfuerzos para construir ese resguardo, mientras estaban intranquilos por él día a día de este adulto mayor.
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Hace ocho años fue uno de los episodios en que Haji salió del anonimato, pues un medio local le dedicó un artículo en el que lo catalogó como “El hombre más sucio”, y cuyas fotos y videos no tardaron en replicarse a través de las redes sociales.
Él logró hacerles frente “contra viento y marea” a unas condiciones por las que más personas de su edad esperarían no tener que sobrellevar, pese a que muchas veces la situación económica no deja abiertas salidas. Al frío le hacía frente con un casco y se las arregló para improvisar su vestimenta.
Una condición de salud inimaginable
La extraña vida de Amou Haji fue el nombre que recibió un corto documental en alusión a su estilo de vida que, para más de uno, puede parecer inconcebible. Poco a poco su historia traspasó las fronteras de la República Islámica y llegó a oídos de la prensa internacional.
Pero no solo medios locales y de otros países conocieron su historia, esta también empezó a hacer eco entre el gremio científico. De hecho, un equipo sanitario de la Escuela de Salud Pública de Teherán (la capital) lo visitó en su momento y pudo hacerle algunas pruebas.
En los exámenes, este grupo esperaba encontrar alguna anomalía o enfermedades de mayor complejidad como el Sida. Sin embargo, los hallazgos fueron sorprendentes, pues no hubo rastro de alguna bacteria que pudiera desarrollar determinada complejidad. Solo encontraron una infección conocida como Triquinosis (que suele aparecer por ingerir carne mal preparada), pero que en Haji no tenía señales de presentar síntomas.
Su conclusión fue que las circunstancias complejas por las que vivió este hombre, le hicieron portar un sistema inmunológico fuerte que, por ende, lo protegió de patologías e hizo que estuviese próximo a completar un siglo de vida.